viernes, 15 de mayo de 2009

tiempo de pasado


Los sentimientos que naturalmente fluyen por mis venas, parecen ahora, cadenas. Los celos que antes me parecían “normales” y hasta un juego sexi, me están matando. Este chico me fascina; cuando alguien toca de esta forma mi sensibilidad erótica y mis emociones, toda mi vida se pone vulnerable.
Es cierto que no debí hacerlo, pero la tentación es un gran problema y ahí estuve “sin querer” metida a revisar su celular. Terrible error, una hermosa mujer llamada Sonia en su galería de fotos. Uff, que horror, conocer la cara de la ex no es nada agradable, peor aún si la maldita es un súper bombón también. Pensé que si en vez de ser la ex del actual responsable de mis suspiros, la hubiera yo conocido en el gym, seguro seríamos amigas; pero dadas las circunstancias no veía mucho chance de serlo. Desearía realmente no haberla visto, así sería más fácil no pensar tanto en ella. No puedo dejar de imaginarlos juntos. Podría jurar, que de su viaje a Italia, a ella también le trajo de regalo un par de zapatos de tacón aguja y bragas negras trasparentes, súper delicado todo y además, es muy probable ¡que hasta de la misma talla seamos!; casi podría firmarlo. Fantaseo la forma en que le pedía que caminara en ropa interior por su casa, con los zapatos puestos, después de hacer el amor toda al noche. Juro que él se extasiaba perdido en los pechos de ella, besándole cada rincón de su cuerpo, acariciando sus piernas, su sexo, pidiéndole que se volteara para lamer, con la punta de su lengua, su cuello, su cintura, su nuca; embeberse en ella por completo. Alguna vez, seguramente, también jugó a amarrarla y convertirse en su dueño; para después cachondearla entre gemidos y suspiros largos. Conmigo hace lo mismo. Ata mis muñecas y mis piernas a su cama, mientras me dice al oído que soy su reina. Me acaricia; me siento libre y me entrego, me derrito entre sus besos y sus manos que recorren mi cuerpo. Tiemblo extasiada como jamás lo hice, me encanta. Me siento despojada de mi voluntad y entregada a él, libre y encadenada al mismo tiempo. Me humedezco; suspiro fuerte, contraigo mi respiración y tenso mi cuerpo. Luego él me cubre de aceite sabor chocolate y me lame sin olvidar ni un sólo hueco de mi cuerpo, lo recorre, lo succiona, lo penetra; esas noches son las mejores para mi. Me he sentido realmente especial junto a él y sus sexy games; me encanta. Me entrego completa; el olor a sexo invade la habitación, es un deleite de sensaciones nuevas e inexploradas. Termino explotado de placer, deseando querer abrazarlo, mientras permanezco atada, y él, acaricia con ternura mi cara. Después pienso que con ella hizo lo mismo; y entonces quiero exigirle que grite mi nombre; que lo repita hasta el cansancio; que me prometa que se lo tatuará en todo el cuerpo. Siento que me enojo de los celos. Pero él sigue conmigo, besando mis pezones erguidos mientras me dice que me quiere y con sus brazos rodea mi cintura. No quiero dejar entrar mis miedos, mis fantasmas, mis inseguridades. Beso sus labios y le digo que lo adoro. Me olvido de ella, por un rato, y pienso que unos de estos días le contaré mis temores, tal vez si los tres estamos ahí amarrados en las fantasías, dejaré de tenerle tantos celos a una extraña.