jueves, 22 de agosto de 2013

Miscelánea de ciudades. Jamás un olvido.

¡Madrid, mi Madrid de mis amores...!
Y tú sabes lo que te digo. Lo que me costó quererte. ¡Qué, no, qué no eres una tía fácil, ¡qué va! Tú señorial, tú multicultural, tan castiza y tan mezclada. De vecinos de corrala y barrios pijos. Madrid, mi Madrid de familia y parques, caminatas, tu casa, la mía, las mudanzas. Cajas abiertas, cerradas y ¡ala!, a moverlas de nuevo por tus venas de asfalto. Madrid que derrites en verano y congelas en invierno. Tus contrastes, aprendí amar como dragones plateados en las crestas de las olas. Madrid de primavera que aquí nos trajo, y otoño que nos ve partir.
Madrid, tan mía, tan llena. ¡Oh, mi Madrid! extrañaré tus calles, tu movimiento, tus dientes casi inocentes, y sobre todo tu gente, que son mi familia y amigos. Cuídalos Madrid, cuando ya no esté. Susúrrales que los quiero, en los juegos del parque cuando ellos más rían, o en los bares que tantos vinos tomé, diles al oído que siempre los recuerdo. 
Sueños Madrid, que tejimos en las calles surcadas de caminatas, risas, llantos. Te extrañaré y no serás la única, nunca lo fuiste. Ninguna lo es. Ni mi adorado D.F, ni mi natal Mardel, tampoco mi amante arisca, Baires, ninguna estará alejada de mis sueños y pesquisas, ni de mis aciertos o desalientos literarios. Todas vienen conmigo, como sabias amigas acompañan al nuevo destino: Lima. Lima, la linda -todavía no hemos sido presentadas-  cierto es, sin embargo vamos hablando... y sospecho que nos gustaremos. ¡Sí que sí, señorita de acantilados y azul profundo del mar! A ti, que eres amada por una hermana, hija de tu tierra, a ti te lo digo Lima, llegaremos a tu cielo siendo un triángulo de fuerzas que convergen y gravitan en armonía y amor. Mi familia. Tres. Todo por escribir en tu piel, pediré permiso para alocar tus cabellos y rodearte por la cintura y alzarte por el aire. Solicitaré tu licencia hasta hacernos nuestras y entonces... después buscaré tu pícara complicidad. Comprendo que lo sabes, el respeto es universal.  
Lima de mis deseos, recíbenos como nosotros vamos a ti: con amor, alegría y sueños... el resto, que sea el piscosouer, el tiempo y los ojos mágicos que los que nos guíen. ¡A vivir! 

¡Gracias a cada uno de vosotros por hacer de nuestro camino, una vida especial!
¡Los quiero muchísimo! Siempre.


¡Nos vemos en el Perú!

martes, 12 de marzo de 2013

Veredas


Cuando las letras te asfixian y ni ecribir consuela tu llanto entonces es hora de detenerte, de mirar con otros ojos y dejar que las cosas sucedan.
¡Abrir las manos y soltar!
Si el miedo es tu amigo, entonces ¡asústate en serio!, si no...
déjalo pasar.
Nada, nada se acaba, hasta que se termina.