lunes, 6 de junio de 2011

Soplos

No perderé esta nueva mirada sobre los hechos, ni dejaré que sean los demonios quienes laman mis heridas. No , no lo permitiré.

Hoy terminaré con las escenas adolescentes, lavaré mi cara, maquillaré mis pestañas y con una sonrisa fresca, saldré a dar un paseo. Me sentaré en algún bar, pediré un vino, o un vermú; tal vez una caña o té de hierbabuena; ¿qué más da?, poco importa. La vida no se mide por los “instantes” sino por la suma de ellos, por lo que amas, por lo que haces, por el brillo que le das a cada momento, por el amor que generas, por las alegrías y tristezas que enfrentas; por las ganas de ser cada día mejores personas y el esfuerzo que le ponemos para alcanzarlo. Somos la suma de sueños y realidades, de mentiras y verdades a medias, de guiños y torpezas, somos todo y nada; por eso somos tan imperfectos. Aceptar, primero y antes que nada, nuestro propio universo, luego tal vez, y sólo muy remotamente tendremos la paciencia y amor suficiente para ver al otro, mientras tanto... nos queda aprender. Dejar los temores a un lado y permitirnos ser nosotros mismos.

Ese es mi camino, y jamás renunciaré. Es un compromiso con la vida, conmigo, con los seres de luz que amo, y sobre todo es una apetencia y un placer. Vivir como realmente deseas vivir: siendo quien eres.