martes, 8 de diciembre de 2009

Petrificada

Hundida en el vacío que me recuerda vidas anteriores.
Con ganas de todo y nada a la vez. Harta de estar harta.
Cansada y aburrida de perder a cada paso el sentido voluptuoso de la vida. Y aún así tener que seguir.
El límite se distorsiona, cuando mis ojos buscan alcanzar el horizonte.
Hasta mis sábanas se han enfriado entre las emociones retorcidas.
Será el tiempo quien me salve; quien me regale las ganas que se han ido.
Serán los cambios un camino de vida y una forma de mezclar; que sin ello poco o nada me queda.
Anclada. Una vez más, conmigo hecha piedra.
Otros días; otros tiempos...

6 comentarios:

  1. me gusta tu estilo de escribir. felicidades!!!

    ResponderEliminar
  2. Salud, donde quiera que estés querida.

    ResponderEliminar
  3. cuando uno se aburre es un terrible síntoma de confort. mucha envidia, mucha envidia, recuerdo esos días estables ya con demasiada distancia.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. no sé si me siento muy identificado con este texto porque lo he leído bajo mi prisma personal... y leo en ello lo que me conviene, cosa inevitable por otra parte, o simplemente porque es cierto. Un amigo mío me dijo hace poco que a veces con el tiempo da la sensación de que la vida se torna opaca... un poco como una ventana enturbiada por el polvo y hay días que no acabas de encontrar como limpiarla para que la luz te hiera las pupilas... hoy vi un cielo cristalino y frío en la sierra y los árboles escarchados de nieve sin asomo de duda ni tristeza. saludos

    ResponderEliminar